Presentación

El visitante

Para el visitante tan extraño
que con nosotros se encuentra
incluso antes de nuestro primer llanto,

danzando sin parar, con su extravagante forma
en aquel intenso vacio del tiempo y del espacio
en el que lanzamos al mundo nuestra presencia.

En algún lugar, en algún tiempo,
ante la atenta mirada de quien se oculta
damos nuestros pasitos sin miedo.

Unas curiosas miradas surgen
bajo las ramas del azul del cielo
y con criaturas hermosas nos llaman dulcemente.

Esos seres que llamamos seres amados,
cual sanguinarios animales
atacan y nos separan de tan hermoso canto...

Con alegria trazamos nuestra partitura en un papel,
entre melodias, trinos y cantos
buscando aquello que a nuestro corazón sacude.

Y en nuestra búsqueda sin fin
vemos al escondido visitante
ataviado con las prendas que nos hacen huir.

La inocente partitura cae en manos del visitante
que con calma la coge y mira hacia ti,
tomándose su tiempo para leer y releer.

Una voz retumba, de nada sirve huir,
la canción se distorsiona en el horizonte
y en el mundo solo se ve sufrir.

Llega el dolor, la soledad, el miedo,
ahora el camino no es bajar, sino subir,
y levantas la vista para presenciar algo aterrador.

El hermoso canto que recuerdas de infantil
y que nos acompañó toda la vida, a veces más, a veces menos,
no es más que un canto de sirenas del apocalipsis.

De repente, te sientes completamente acorralado,
todo da un vuelco y ya no eres capaz de seguir,
lloras hasta secarte cuando lo intentas todo.

Siempre un paso por delante hacia la vida
y siempre con la zancadilla del tramposo,
lineas rojas como la sangre se dibujan

y el visitante que tanto tiempo esperó,
se acerca más y más para con su trabajo acabar.
Ya no puedes llorar, solo sufres, solo sientes dolor.

Ves como los demás continuan sin ver tu desgracia,
nadie te ayuda y tu gritas y preguntas como,
como pueden seguir y esquivar la acometida.

Duele, duele como nada en el mundo, como la muerte,
el mas absoluto terror se convierte en tu vida,
lloras sin lágrimas, la vida escapa y se esconde.

Duele... no hay palabras, no hay símil para mostrar,
todo se aparta de ti, ya no comes, ya no bebes, ya no ries...
todo en tu memoria se borra, y olvidas todo lo que alegra.

Crees que esta es la vida, abrazas la noche,
abrazas el miedo, y la soledad que te acompañan,
lloras aunque ya no sirve ni para vivo sentirte.

El dolor... destroza... duele...es el puro sufrir...
nada tiene sentido, no sabes para que vives,
hasta el corazón llora y duele cuando late para vivir.

Poco a poco desapareces de la multitud de gente,
el dolor y la soledad te obligan a pensar en morir,
rendirte... porqué vivir donde no ries, no hablas, no sientes.

En el lecho del dolor, piensas si vivir...
mientras ves manar la sangre de tus heridas en fuente,
sufrir...sufrir...dolor...y mas sufrir...

Me cansé del dolor y di paso al odio,
odié todo, el mundo, la gente, vivir...
y con ganas de pelea y muerte, di un paso.

No sabia nada, hasta lo que fue conocido dejó de serlo para mi,
al principio pensé que hacia el tonto,
pero no habia otro camino e insistí.

Visitante... ¿que ocurre? estas ahi parado...
¿acaso dejas de perseguirme al fin?
un paso, tras otro, y no vi que atravesé algo...

Mi melodia desaparece junto con mi ignorancia,
el sol aparece, y se va el dolor y parte del miedo...
con miedo de que sean falsas ilusiones, echo una carrera,

alargo la mano para agarrarme y no soltarme al fuerte viento
y dándose la vuelta, aparecen unos ojos de pura belleza,
y noto como me agarra a su vez. Sin apenas saberlo,

el corazón empieza a latir, en busca de vida,
mas manos se acercan y me van agarrando, sin daño,
y sufro una explosion, todo se convierte en una prueba.

Una prueba en el que descubro la manera de ser,
aprendiendo de nuevo a estar con los demás,
a moverme por el mundo y los sentimientos que olvidé.

Con timidez, se asoma una cara
y disfruta de la compañia, del amor y del bello paisaje
con mucho colorido, personajes y paz.

Miro atrás, buscando al visitante
y allí le veo, con una extraña sonrisa,
las cosas no han acabado, y el lo sabe.

Pero lo que yo se, es que ya llegó mi fin,
quiero hacer muchas cosas, quiero convertirme en un ser,
pero yo ya acabe con mi vida, con ese final feliz

la muerte puede alcanzarme cuando quiera
a los 90 años, a los dos meses... o a la hora...
yo ya puedo morir en paz... no le tengo miedo al visitante...

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