Presentación

Dibujo II

Es fácil dibujar el terror, el miedo, la oscuridad... Pero para la felicidad, el amor,la luz... es simplemente imposible, nunca lo logras del todo.

Imagina...
       lo más bello de lo que sientes
       estar flotando
       el cariño que sientes
       las personas que amas


La palabra es la imagen
La imagen es el recuerdo
El recuerdo da la vida....
      .... o la quita...

Don't allow the sorrow in your mind or your heart...
Remember always that the life is a present and you must love it and don't allow the world hurt your most apreciate possesion.
I have seen my brother, in ashed on the ground, and maybe in a new life, and I'm here yet because I promised myself I will NEVER, NEVER, allow the pain in my heart...
Life isn't pain, sorrow...
Life is love, is...

PD:(sorry for the bad english, i don't want to correct the things i wrote)



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Dibujos I

Unas pocas imágenes de cuando en vez de escribir, prefería dibujar algo, sin tener claro que dibujar y sin ponerle empeño en hacerlo bien (aparte de que el dibujo no es lo mío).

La única imagen que puede merecer un poco de explicación es la primera; El juramento. Un dibujo hecho para recordar el juramento que me había hecho hacía mucho y que mantuve intacto durante mucho tiempo a pesar de lo restrictivo que era.

Tan solo era un juramento de silencio, como humano que soy, me quedaba pillado por alguien o directamente terminaba por enamorarme, pero no quise permitirme que NUNCA nadie supiera nada de esos sentimientos, estuvieran bien o mal.





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Pelea a la fuerza

La batalla no siempre es la guerra, y eso lo sabían pueblos que nos sorprendieron como los galos contra el César, los judíos contra los nazis, los débiles pueblos de Escocia contra el rey Eduardo... Su carácter luchador y su resistencia son admirables aunque los llamemos suicidas.

No siempre se necesita armas y bombas para ver estos casos, en cada persona, durante toda su vida, libra una guerra,con, a veces, treguas. Un autor dijo una vez, que era feliz, porque nada en la vida le fué fácil. Y ahora, yo le doy la razón...

Con unos inicios de vida felices, tranquilos y fáciles, nada sabía hasta que lo más crudo de la guerra se libró en mi a muy temprana edad (demasiado). No sabía lo que ocurría, qué era eso, cómo actuar... Y asalto tras asalto, abrían enormes brechas en la muralla que levanté alrededor mío como defensa, y asalto tras asalto, reparaba con desesperación las brechas desde donde escapaba mi vida, brechas que se volvían a abrir incluso por sí solas.

Pasaba el tiempo y pasaban las batallas, mi coraza era cada vez más dura y los ataques no hacían tanto daño, pero las grietas seguían, no era capaz de cerrarlas, no podía pedir ayuda de ningún tipo, me asediaban y yo me debilitaba cada vez más... La guerra parecía muy próxima a su fin y la balanza se inclinaba claramente hacia el enemigo...

No sé que ocurrió, pudo ser mi encuentro cara a cara con la muerte que cambió mi mentalidad y me enseñó lo que había, o pudo ser esa luz que brilló momentáneamente en la oscuridad y que ahora persigo. O las dos cosas.

Me costó, pero me cabreé con todo lo que me había pasado, me cabreé contra el enemigo al que nada hice, quité casi toda mi coraza y me lancé a ciegas, arremetiendo, jurando que moriría intentando cambiar mi destino, y el enemigo se retiró, apenas encontré resistencia, todo empezaba a cambiar, mi mentalidad cambió, y vi que podía cerrar mis heridas y avanzar, pero todavía encontraba resistencia. Apenas me dí cuenta de que me había hecho fuerte y podía ganar batallas, el enemigo pareció retirarse por completo, dándome un respiro, y yo me quedé muy tranquilo.

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Preguntas que no quiero responder

Si a esto se le llama felicidad, no quiero perderlo, y menos después de un infierno. Es simplemente, tener ganas de hacer cosas, de salir y disfrutar de un paisaje al sol en vez de esconderse entre las sombras, intentando fundirse en ellas y desaparecer para siempre...

La vida es demasiado grande y compleja como para intentar abarcarla en una definición, pero esa definición existe, en mi mente y sin palabras, pero existe, y es algo hermoso, algo imprescindible y lo único que se nos regala. Aquellos que estuvieron a punto de perderlo, sabe de lo que hablo, y entienden también la mayoría de ellos, el significado de la frase "He tenido suerte, nada en la vida me fué fácil"

Con cosas así, entiendes la filosofía del taoísmo, la filosofía de todos aquellos guerreros samuráis, la de los ninjas, el espíritu luchador de cada uno...

Dime tú, ¿crees que alguna vez perdiste la felicidad? ¿Crees que tienes espíritu de lucha para hacer frente a todo? ¿Crees que conoces el significado de la frase, o incluso el significado de la vida?

Yo pude contestar a esas preguntas, y a las tres, es un sí. Perdí la felicidad a los diez años de una manera terrible, desde entonces me obligaron a luchar aunque no quería, en unas circunstancias horrorosas. Después de seis años sufriendo ataques tras ataques, aprendí a luchar, supe lo que significaba y lo que era un espíritu guerrero, y empecé a aprender a luchar, aunque tardé un año o dos más hasta que pude ponerme al nivel y luchar de verdad. Nueve años después, encontré algo de felicidad, y fué sencillamente la respuesta a las dos preguntas de lucha y de vida.

Después de tantos años, descubro todo lo que perdí en la batalla, todo lo que realmente sucedió, y me entran ganas de llorar, cuando recuerdo aquellos momentos en los que suplicaba literalmente unos minutos en los que tuviera al lado alguien con quien estar, ya ni siquiera hablar, ni que fuera siquiera un amigo... aquellos momentos en el que el simple hecho de que me saludaran o me miraran o estuvieran a mi lado unos segundos, cumplieran mis mayores expectativas, tal era mi soledad.

Por fortuna, pude dejar todo eso atrás, aunque esas mismas acciones siguen siendo un tanto escasos y me alegran mucho como de antaño, pues quieras que no, tras ocho años, uno se olvida de sociabilizarse, aparte de no haber aprendido como relacionarse. Me perdí todo contacto social y ya no sé como acercarme a la gente, como mantener una simple relación amistosa, como comportarme ante el contacto físico...

Lo que parecen simples tonterías para el que tuvo vida social. Pero, ¿cuántos casos hay de alguien que se queda solo ocho años? no de simple soledad de no tener amigos pero de seguir interaccionando con la gente, sino del extremo de apenas ver a gente ni hablar, incluso perdiendo la práctica del habla (miedo me dio cuando me dí cuenta de que no podía hablar con normalidad, que me trababa, no me salían las palabras, y asustarme ante el sonido de mi propia voz...) Estoy en una carrera contrarreloj para volver a ser alguien más y no un fantasma...

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Desahogo

Es algo patético lo que hago, más vale que a la rata no se le ocurra pedírmelo y leerlo, no es por nada, pero no me hace ni puñetera gracia que nadie, excepto Eru, lo lea. Me encuentro OTRA VEZ depre, y me parece a mí que durará un par de semanas, los últimos días que tenemos de insti, van a ser, para mí, muy malos, y no digo los peores porque eso fué el año pasado, cuando reñí.

Tengo que aguantar a los demás felices, me recuerda que yo, desde ya hace seis años, ya no soy feliz. Me dejé el corazón en Pais Vasco, y el pueblo en que caí al traslado, fué el peor en el que podía haber caído. El colegio no fué precisamente mejor, todo cambió en mí para peor; me resentí en los estudios, muchísimo. (Y a pesar de todo, 10 y el mejor del cole), yo, tímido y al mismo tiempo extrovertido, callé para no decir nada, me aislé, soporté como pude todo, que encima incluía que en ese pueblo, todos insultaban a los recién llegados.

Un ambiente de puñaladas traseras, totalmente desconocido para mí, hicieron mucha mella (si no me partió en dos ya). Formé un grueso caparazón, y ni miraba al exterior. Me apegé a cinco que se mantenían más juntos y no me insultaban (pero se metían conmigo y se pegaban puñaladas). Las llamé amigas (pero no lo eran) y estuve cuatro años en los que me dominaba la vergüenza, el miedo, el temor, el pánico, la desolación, la soledad...

Un único amigo, Eru, me comprendía y me seguía, y viceversa. Nos sentimos como hermanos, como lo único que tenemos en este mundo, una amistad de leyenda. Aunque problemas externos dificultaban nuestro contacto. Llegué al instituto, me decían que haría muchos amigos (ojalá), las ideas de suicidios (leves) pasaron, el principio de curso mal. Conocí a Lorena y Juana, y una luz salió de entre la oscuridad en la que me encontraba. Me hice amigo de las dos, y me cegé con la esperanza, soportando el par de cosas que me desagradaban. Pero hacia el final de curso (mis notas resentidas por culpa del nivel del colegio) la luz cesó y lo ví todo: pasaban de mí.

Como Lorena y Juana se hicieron antes amigas, en los recreos iban juntas y aunque estaba con ellas, sólo hablaban ellas para ellas, y no me contaban nada, yo iba silencioso, comiendo. A Juana la hice daño (nunca lo hubiera creido, pues no hice nada) y a Lorena, la muy gilipollas, me fastidiaba lo niña que era. Hice algo malo, y esta se pone a llorar porque dice que sus padres la castigarán sin relacionarse conmigo (Pues no lo cuentes!) y encima si lo decía, se lo contarían a mi padre, la cosa se ponía mal. (Menos mal que no se lo contaron).

Me enfadé terriblemente con ellas por eso y más (ejemplo: Lore se lo contó todo a una amiga y su versión era de que yo, intencionadamente, la hice daño y se coloca como la víctima de todo. Que es lo que más me revienta, ¿y el daño que ella me hizo? ¿nadie lo tiene en cuenta?) Todo empezó con el viaje a Salamanca (no tuvo que ver pero le cogí mucha manía).

El verano, que lo veía muy bien y no como los otro cuatro, los pasé sin salir de mi casa, sin hablar con nadie, añorando Pais Vasco, y los contados momentos buenos con Lore. Llorando por lo mal que estaba siendo mi vida, combatiendo las enormes ganas de suicidio con la venganza y más cosas, apoyándome en la música... Así fué aquel verano, el peor de mi vida, aunque sea igual que los otros cuatro. Y pensaba que iba a ser la mejor (como Salamanca).

Este año, 4º de la ESO, entré en una desconocida clase con Lidia, Eva y Lorena. Como Lidia y Eva ya estaban juntas, Lore y yo nos juntamos pese al odio, como defensa frente a la clase. Todavía no he analizado detalladamente este curso, dado vueltas y demás, pero están cumpliendo seis años muy tristes. No he conseguido ningún amigo, mis notas tampoco soy una maravilla, y me torturo viendo a los demás haciendo amigos, riéndo, pasándoselo bién, saliendo por ahí... encima tengo que soportar el hecho de que los demás tienen relaciones, van teniendo los primeros besos, saben que gustan a alguien, tienen novios... yo no gusto a nadie, nadie me ha dicho nunca nada... Yo no puedo lanzarme a nadie porque sé que no tengo ni el 0,000001% de posibilidades.

Y encima Eva, dijo que "Bueno, pero lo tuyo es normal" cuando dije que no gustaba a nadie (Qué se ha creido!?!?) Estoy de uña y carne con Eva, no la aguanto. Lidia pasa de mí, las demás, como que nada.. Estoy completamente solo,a excepción de Eru. No tengo posibilidades de relaciones... Solo me queda ya la opción de dejar pasar el tiempo (aparte de suicidarme de una puta vez) pero en realidad veo desperdiciar el tiempo, (6 años completamente perdidos)

Es decir, en resumen llevo mi vida y todo lo social, fatal (por no mencionar mi familia) estoy completamente solo,aislado, desesperanzado. Espero una auténtico milagro.

Me da ya igual todo, las notas, mi físico, la gente... la vida. Me da igual todo, si tengo oportunidad de ser feliz, lo aprovecharé, aunque ello conlleve un riesgo de muerte elevado (99'9%). De hecho, no me asusta para nada la muerte, por mí, la palmaría. Aunque no pierdo la esperanza de un futuro feliz, que por eso dejo pasar el tiempo, porque tengo que esperar a un determinado momento para poder realizar ese futuro. Y de ahora enadelante, obedeceré a mi instinto, que nunca me falla (al principio de curso, me avisó que las dejara a Lore y Juana, que me harían daño, pero no le hice caso.)

Odio el mundo y la sociedad!!! Lo paso fatal con ellos!!! 



 PD: Es un escrito que escribí para desahogarme, por lo que la ortografía y redacción están descuidados, he mantenido el escrito, separando los párrafos para mejorar la lectura, y los nombres están cambiados para mantener la privacidad de quienes salen mencionados.

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¿Recuerdas...

... lo bien que te lo pasabas en clase los últimos años? No
... los dibujos que les hacías a compañeros y amigos? No
... las salidas y paseos por el pueblo? No
... las fiestas del pueblo? No
... los partidos en el recreo? No
... las excursiones con tus compañeros? No
... la alegría de acabar las clases? No
... el pesar de volver a las clases? No
... las zambullidas en la piscina? No
... el momento de contar lo bien que lo pasaste en el verano? No
... como os burlabais de los profesores? No
... la primera vez con alguien? No
... cuando entrasteis a una disco? No

...
... ...
... ... ...?

¿Porqué no recuerdas? ¿Porqué olvidaste tanto?
...
... ...
... ... ...
... ... ... ...

Porque quiero olvidar, y porque nada de esto me sucedió. No olvidé sin más, simplemente, no hay nada que recordar... Y lo que hay para recordar, quiero olvidar, enterrarlo para siempre...
No salió jamás de mi boca, y no saldrá jamás. ¿Para qué...? Dímelo tú, ¿para qué? En el olvido queda...

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