Presentación

El primer lamento....

Pues eso, lamentos pasajeros. Lamentos, porque no son más que quejas y sollozos, y pasajeros, porque como todo en la vida termina pasando, aunque dejen huella y mientras duran los lamentos, lo sufres...

Me cuesta tratar de plasmar mis pensamientos sobre el papel (o en la pantalla, mejor dicho) no porque quiera escribirlos tal cual me vienen a la mente y son por tanto, desordenados, sin lógica alguna y hasta incomprensibles para todos inclusive yo. Me es difícil porque nunca se me había pasado contar mis problemas en un blog y dejarlos a la vista de cualquiera que tenga la casualidad de pasar por aquí y detenerse a leer unos lloriqueos.

Pero estoy al límite, la angustia y el malestar me pueden y no quiero hablarlo, no quiero contar mis problemas a nadie, siquiera mis amistades. Pero no es bueno guardarlos dentro de mí, y antes de que explotara, se me ocurrió la "genial" idea de hablarlo que es quizá lo que necesito y de paso, no contarselo ni hablarlo a nadie. Un blog, me refugio en el anonimato de internet y las lecturas ocasionales de la gente y de paso mantengo la decisión de no contar nada a nadie.

¿Porqué no quiero contarlo? ¿No confio en mis amistades? La respuesta es sí.
Pero, entonces porqué no quiero contarselo.
Y aunque tuviera la respuesta anterior, lo que hago, ¿es realmente confiar? confiar... ¿es un sentimiento o es un hecho?

Más de lo mismo, ¿porqué no quiero contarlo? ¿porqué prefiero siempre comentar algo (que no contar) a simples conocidos e incluso desconocidos antes que a las verdaderas amistades en las que confio? Seguro que os ha pasado alguna vez, que de repente le contais algo a un desconocido o parecido y después de repente se te pasa por la cabeza ¿pero porqué se lo he contado? ¿soy imbecil o qué?

Mi primera excusa a la pregunta es buenísima y se acepta muy bien. "Porque no quiero molestar, no quiero ser un quejica, estropearles el momento con mis problemas ya que ellos también tienen las suyas. No quiero que se preocupen por mí y prefiero pasar un buen rato entre sonrisas y alegrias que no entre lloriqueos de mierda mientras tus amistades te aguantan.

Es un motivo válido, quizás no sea bueno hacerlo, o adecuado, o lo que quieras. Pero el motivo es bien bueno y además te deja el regusto del no soy egoncéntrico, he preferido tragarme mis problemas y no hacer que se preocupen...

Pero... ¿es realmente este el motivo? yo creo que no, estamos realmente convencidos de que sí. Pero rebusco en mi mente, y descubro en mi caso una verdad horrible que sienta como una patada en el estómago con unos zapatos olor queso podrido que inunda tu nariz y te hace perder la conciencia. Es puro egocentrismo...

Un horrible egocentrismo. ¿Habéis oido alguna vez algo parecido a "la tristeza es como una droga, es mala pero engancha"? yo si, y he de asegurar que es cierto, una vez leí por ahí que la tristeza hace que pienses en el dolor que sientes y en todo lo que te ha pasado, y terminas pensando que no hay nadie más desgraciado que tú, y al final, te regocijas en tu propia tristeza "soy el ser más desgraciado", "a nadie le pasa lo que a mi", "todos son felices menos yo..." y terminas cerrándote en tí mismo rehuyendo y rechazando toda oportunidad y ayuda que te viene "para qué si va a dar igual", "no funcionará", "déjame morir solo..."

Realmente lo he exagerado un poco y puesto un toque melodramático. Pero es así, yo me he visto en esa situación, y el egocentrismo es máximo, te crees que eres el único con problemas o el que mayores problemas tiene, crees que todo te pasa a ti, incluso llegas a pensar que no te lo mereces para nada (y puede ser al contrario).

¿Es lo que estoy haciendo? ¿Esto? ¿No lo cuento a mis amistades porque asi soy mas desgraciado y con motivos para seguir triste? ¿Estoy rechazando posibles oportunidades de superar esto? O es que realmente no quiero contarlo por no preocupar ni ser el causante de un mal momento. La gran duda para mi... Reconozco que me engancha y estoy dandole vueltas a lo triste que estoy, estoy muy mal, bla, bla, bla... Pero, no estoy tan seguro a lo que no lo cuento por ser más desgraciado. Realmente no quiero molestar, me imagino en algún sitio, contando mis problemas, y ellos escuchándome como buenos amigos, y automáticamente todo mi ser rechaza la imagen, se me torna repulsivo la situación, la desecho inmediatamente y me afirmo aún más en no contarles nada...

Peo mi reacción no parece causarlo el "no quiero molestarles", sino más bien una cuestión de orgullo estúpido de mostrarme como un humano en su parte débil. Y empezamos a llegar al meollo de la cuestión, el orgullo. Me he detestado horriblemente en la parte egocéntrica porque lo considero despreciable y sin embargo, caigo en sus redes. Pero en el orgullo no. Sé que es estúpido, y debo saber ceder para no ser no que llamamos despectivamente un "orgulloso"

No quiero ser débil, odio ser débil, no tengo problemas con los débiles sea donde sea, sea la cuestión que sea y sea quien sea. Pero no acepto serlo yo. Yo no soy débil y lucho día y noche por hacerme fuerte, porque los golpes que da la vida, no me afecten, por ser un humano, que mantiene la calma en todo momento, no retrocede ante nada si es necesario y nada pueda afectarle.

Es algo imposible, pero lucho por acercarme lo más posible a esa meta, mi meta no es exactamente ser ese ideal de fuerza que tengo, sino batir récords (personales y no personales) de acercarme a ese ideal...

¿Porqué esa necesidad de fuerza y poder? ¿Porqué el rechazo a ser débil en cualquiera de sus manifestaciones y luchar por evitarlas? ¿Porqué cuando reconozco que he sido débil, o soy débil en algo, genero un fuerte rechazo y lucho por cambiarlo? ¿Porqué también mi mania de buscar todos mis puntos débiles para fortalecerlos y tener cuantos menos, mejor?

Y tengo una respuesta/teoria para esa pregunta. La vida misma. Volvemos a lo dicho anteriormente sobre el egocentrismo y la adictiva tristeza, y peco de eso mismo cuando digo que no he tenido buen pasado, buenos recuerdos... Fallo horriblemente cuando digo que mi pasado fué horrible y pocos habrán llegado a sufrir lo que yo en su momento, en un alarde de algo que detesto, egocentrismo, egocentrismo, todos mis problemas son horribles y son los peores. ¡Que nooo!

Pero consideremoslo así, por lo menos, para mi tuvo consecuencias desastrosas, sufrí mucho, lloré mucho, año tras año, las cosas incluso empeoraban para mi, y me dejaban secuelas que ahora sigo sufriendo en forma de horribles cicatrices y un temor a que se reabran y mane la sangre de ellos... Eran momentos en los que ya cualquier cosa normalilla de los que cualquiera, aunque (con perdón) jodiera, terminabas pasándolo y ya. Pero a mi no, a mi me afectaba, y mucho, mis debilidades se me antojaban demasiado y no podía ser así.

Cambié, algo pasó por el camino (quizás otro día os lo cuente) y mi mentalidad cambió considerablemente. Pasé de ser un desecho humano, débil, encogido, con heridas por todo el cuerpo, a ser alguien. No lo permití más, no quería volver a sufrir y desde entonces, luché por cerrar mis puntos débiles, cambié mi mentalidad de forma que lo que antes me afectaba, ahora ya no, o por lo menos, no tanto. Me erguí cuan largo soy, y mi mirada pasó de transparentes a un color que transmitían vida. Busqué el valor, busqué la fuerza, nada me haría daño, nada me afectaría, yo solo salí de ahí, y yo solo seguiré mi camino, yo solo me enfrentaré a mis problemas porque al superarlos solo, coguía más fuerza, por cada golpe que me daban y aguantaba, más fuerte me hacía yo, más aprendia sobre mí mismo, sobre lo que me afecta y lo que no, sobre mis puntos débiles, y aprendía como hacer para corregirlo.

Llegué al extremo de "endurecer" mi carácter para no dejarme influir sobre cursilerías, y la sangre y las vísceras eran mis aliados en esos momentos, la oscuridad, el terror que puede a alguien sobrecoger y retroceder, los animales más fieros e independientes, los nocturnos, los oscuros, los malvados, eran mis favoritos. Incluso el dolor mismo y la tristeza eran mis mejores aliados. Y todo ello sigue siéndolo hoy en día.

Trato de hacerme más fuerte y rechazo ser débil porque no quiero sufrir de nuevo...

Pero soy un humano, lo reconozco, y como cualquier humano, tengo puntos débiles. Al haber fortalecido puntos débiles, los que me quedaban, seguían siendo básicamente los mismos o empeoraban, un golpe en los puntos débiles, dolía mucho más ahora que cuando tenía más puntos débiles...

Y aquí acaba el primer lamento... Muy brusco, lo sé... pero así funciona mi mente...

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