Presentación

Lágrimas de impotencia

A quien pretendo engañar, no puedo cerrar mis ojos, no puedo tapar mis oidos, ni puedo pedir a mi corazón que deje de sufrir.

Apenas puedo continuar solo, pero no puedo hacerlo acompañado. El mundo sigue girando y yo suplico porque se detenga, desearía que el tiempo se congelara y con el morir de los segundos, dejar de sufrir.

Amo caminar bajo la lluvia, porque nadie se da cuenta de mis lágrimas, intento ocultar mis sentimientos, ignorar mi propio llanto y refugiarme en la sonrisa de mis amistades.

Pero ya no se si debo sonreir porque somos amigos, o llorar porque nunca seremos más que amigos, sin siquiera una sola oportunidad. Harto de amar en solitario, sabiendo que el mundo me niega cualquier oportunidad tengo que sonreir.

Mantengo mi juramento, ocultando mi dolor y manteniendo la sonrisa en mis labios, aún cuando alguna vez se me cayó la máscara, mostrando una odiosa hipocresía que hiere mi orgullo.

Quiero volver a ser conformista, sinónimo de tontos, pero también de felicidad. Sin abrir los ojos, contento con lo que tengo, ingenuo como el que más, es fácil alcanzar la felicidad. Rechacé esa parte de mi, y ahora me arrepiento, quisiera serlo por un tiempo más, hasta que pueda al menos luchar.

Impotencia es lo que siento, cuando intento avanzar y me detienen a golpes, sin posibilidad de defenderme siquiera. La rabia que corre por tus venas, la energía que bombea tus células, la vida que pugna por salir, tienen que fiarse de las lágrimas para evitar el dolor.

Unas lágrimas de impotencia, como respuesta a todo un cuerpo dispuesto a moverse. Atado de pies y manos, trato de liberar toda esa energía y furia por las lágrimas, ya que es lo único que puedo hacer. Y las lágrimas de impotencia corren por las mejillas, mezcladas con las lágrimas del orgullo lastimado.

Dolor...

Leer más...