Presentación

La vida es un misterio

Está llena de preguntas sin respuesta, y por cada respuesta, varias preguntas más.

Una vez dijo Platón, la gente no va en busca del conocimiento por el dolor, descubrirla hiere tus carnes, arranca tus ojos... Sus manos te cogen y te cortan la respiración...

La gente quiere la verdad siempre hasta que la sabe. Yo no la quiero, siempre me ha traido dolor, mis ojos lloraban sangre, mientras los oidos se hacían los sordos, tiras de piel caen enteras al suelo entre las gotas de sangre, dejando a la vista los músculos desgarrando, intentando en vano sujetar unos huesos astillados.

Tus órganos apenas funcionan, mientras que el corazón late en un vano intento de seguir viviendo a pesar de las puñaladas y revivir el destrozado cuerpo. La mente, el cerebro, observa el terrible panorama, oye los lamentos, los gritos, los llantos, nota el dolor, el sufrimiento, la desesperación...

Y se paraliza, no puede hacer nada. Secierra al mundo exterir y se queda observando como paso a paso, se acerca a saludar el Señor de la Muerte...

La compresión tiene mucho que ver con tu pasado. Si ya te ha pasado, te resulta mucho más fácil entender lo que le pasa a otro, pero, cómo saberlo...

¿Tendrá la Fe algo que ver con tu sufrimiento? ¿Con tu pasado? Terminas creyendo en aquello que te hizo daño... Porque lo conoces, sabes lo que te puede hacer y no... Buscas la forma de evitarlo, o te acostumbras y te haces insensible, y crees en él, crees en algo que no cambia...

Yo creo en la oscuridad, el dolor, la soledad y la muerte... Son parte de mi. Terminaron siendo mis amigos, son, ahora, lo que me resulta familiar, conocido... son mi apoyo, mi reconfortación... y me resisto a dejarlos...

La sangre es también su amigo, y el mío tamvién por ello... Ver el rojo de la sangre deslizarse por mi mano, ver como un río de sangre corre por el suelo... o por mi cuerpo, o en un ser vivo, es una visión que me agrada... Y su sabor también me agrada... es dulce... muy dulce... dulce sangre...

Dame un cadáver sangrante al abrigo de la oscuridad, y yo llamo al dolor y a la soledad... Me mancharé de su sangre y elevaré la mirada a la luna, para que me muestre la mirada de la gente como yo, y que em uestre también lo que la gente normal no quiere... la compañía que yo tengo...

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