Qué dolor... solo es un simple adiós...
Ve a la estación,
de trenes o de buses.
Ve al barco, al avión,
o un simple coche.
Vuelve la mirada atrás,
que estará allí
mirando con una sonrisa.
¿Es una despedida feliz?
Solo un adiós
Cruda realidad del amor
Curioso el ser humano,
reniega de unos, y ama a otros.
Y de entre millones que somos,
coincidir entre iguales, complicado.
Llegan a este mundo sin fin
sentimientos de tristeza vil
al despertar y sentir
que así no se puede vivir.
A quien amas no te quiere,
quien por tí mira, tú rehuyes,
quienes se ven como dioses,
y otros, como abominaciones.
Caminas con tranquilidad
y a cada paso que das
todos algo te muestran
y te hacen recordar.
Tú estás solito,
y los demás acompañados.
Algunos sufren amor platónico,
otros de ruptura y celos.
Nos engañan las pelis,
mundos de fantasía para vivir,
todos con final feliz.
Que no, que no es así.
Sufre, sufre, sufre,
que no te corresponden
y por tiempo asi sigue.
No esperes esos finales felices...
Se llama... amor...
Quiero gritar.
Quiero destrozar.
Quiero pelear.
Quiero explotar.
Quiero llorar,
porque nada de esto
puedo hacer.
Y no puedo más.
La impotencia me gana,
la tensión, la rabia,
todas contenidas,
tienen que escapar.
Y no puedo,
no como quiero.
Quiero coger algo,
de fino y duro cristal.
Reventarlo, contra algo,
contra alguna cabeza...
Quiero destrozar algo,
un muro, echarlo abajo.
Coger un palo, o mejor,
una barra de acero,
y cargar con las puertas,
y los armarios.
Quiero saltar, correr,
quiero agarrar todo
y no dejar nada en pie.
Quiero... ir más allá...
La sangre... quiero verla,
verla correr a rios...
Quiero un bisturí,
algo que corte...
Quiero silencio, soledad,
paz por días, incluso semanas...
Porque me voy a cortar...
quiero ver esa sangre...
La cara... me cortaré la cara,
y me la lavaré en mi propia sangre.
Daré actos a mi dolor, me veré,
mi sangre manchando todo.
Y podré decir, porqué lloro...
porque me he cortado...
mi sangre chorrea, me corté...
Y las lágrimas se vuelven rojas...
Porque no quiero decir,
que cometí un error,
dejando que mi corazón
quisiera a quien no podía.
Todo esto tiene un nombre.
Sencillo, corto, conocido.
Se llama... amor...
amor... no correspondido...
...Y que ama a otro...