Un precioso campo de flores, con aroma a campo mojado con el rocío de la mañana. Unas placenteras nubes vuelan en el cielo, rodeando un maravilloso sol animando a la sonrisa.
Caminando con tranquilidad, descalzo, pisando el mullido césped, ajeno a cualquier desgracia, solo en mente el destino al que va.
Explosión
Y pensabas que no dolería
El peor de los dolores es aquél que no sabes expresar, aquel que no sabes porqué y el que sufres en la soledad. No avisa cuando llega, y no ves el final porque no es algo de lo que te des cuenta...
Vas tan tranquilo por la vida, con buenos sentimientos, con alegría y grandes deseos para el mundo. Y sorpresa... ahí está...
Cuando yo lo conocí, era algo que se me pasó por la cabeza, y no le vi peligro alguno, era un buen deseo, y no me importaba en absoluto. Pero ocurrió y llegó el desastre para mi. Si importaba, y no sé porqué, no lo entiendo, veo con asombro como me deprimo por tan poca cosa sin importancia y me escuece...
Es una tontería que algo así duela... y peor todavía, sin saber porqué narices duele. Me siento atrapado sin poder comentar nada, porqué no tengo la más minima explicación, porque es una chorrada...
O quizás no... para los demás puede serlo... muchos no dudarían en desdeñarlo y llamarme tonto, consiguiendo que me duela aún más...
Y otros, no dudarían en estar conmigo, y tratar de ayudarme... Pero los preocuparía inútilmente, no sabría contarles nada, sólo que algo me hace daño. Y ahí los dejaría... no es plan...
Y pensaba que no dolería... porque creía en el corazón, que no me importaría en absoluto...
El consuelo del llanto
Llorar, llorar, llorar y llorar,
dicen que alivia las penas
y es cierto, yo lo compruebo,
pero no es un consuelo.
Temblando en una cálida cama,
tensando todos y cada uno de los músculos,
gritas en tu mente, te cabreas,
nada bueno piensas de los demás.
yY de repente
rompes a llorar,
lloras, y lloras, y lloras,
todo enseguida se empapa,
de nada sirve secarte las lágrimas
con el revés de la mano
de lo mojado que está.
Porque sabes que no es así,
nadie más que tu tienes la culpa,
te enfadas con los demás,
porque no quieres sufrir.
Todo ese dolor que no cabe,
que revienta en tu corazón,
y te grita incesantemente,
se ve en las lágrimas.
Agua salada que te delata
y muestra el embravecido mar que te agita,
a pesar de esforzarte por mostrarlo en calma.
Te calmas, tarde o temprano,
y las lágrimas terminan secándose.
Tu alma reposa de nuevo,
el llanto surte efecto,
pero solo en apariencia.
Dentro de ti, las aguas siguen revueltas.
¿Donde está el consuelo prometido?
en ningún lado, en ningún momento,
el golpe de dolor pasa
pero el sufrimiento no,
todavía está ahí,
intentando partirte en dos...
Sin entender
Sin poder quitarme de la cabeza
mil y un minutos de dolor,
vigilando mis pasos,
caminando por el puente de dudas.
Recordando todo lo que ha pasado,
y destrozandome el corazón
porque sé que es por mi culpa,
y que me lo merezco.
Pero a veces me pregunto
porque ocurre esto,
porque miro alrededor
y no parece tener lógica.
Porqué veo culpables a mi alrededor
que no sufren castigo,
sin tener culpa de mi dolor
son también responsables de un daño.
Y solo yo recibo el castigo,
el castigo adicional a mi propia condena,
y la rabia aparece
porque no lo entiendo.
No deseo mal alguno,
no soy quien para juzgar
si alguien merece el castigo,
yo no soy el que decide.
Pero no lo entiendo,
no sé porqué,
¿tanto daño hice?
¿simplemente no se da cuenta?
o soy yo...
¿no me doy cuenta?
suplico y lloro por alguien,
que me abra los ojos
para liberar terrible duda
que me hace más daño todavía
aún cuando la verdad
puede ser terrible...